Las glándulas de Skene serían las causantes de la eyaculación femenina, también conocidas como squirt. Se trata de una zona esponjosa que se hincha cuando se llega al clímax del orgasmo, y obviamente tiene que expulsarse. Momento en el que se produce la magia.
Esta zona, teóricamente, está cerca del punto G, y es ahí donde empiezan las teorías de que el squirt tiene que ver con la estimulación de este. Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con el hecho de beber dos litros de agua? Pues lo mismo. Se trata de una teoría, que nada tiene que ver con la realidad. La única relación que existe entre beber agua y tener un chorro es que, describe muchas la sensación previa a eyacular similar a las ganas de orinar. Pero no nos equivoquemos, si no estás excitada y si tu pareja sexual no le pone ganas, es muy improbable que solo bebiendo dos litros de agua tengas un squirt.
Para conseguirlo, algunos de los consejos que se acostumbran a dar es la masturbación vaginal con el dedo en forma de gancho, activando las cavidades internas. Aunque no es la única vía, el sexo oral lento y espaciado también puede ser un gran activador del squirt. El pene de tu pareja (si tiene) también es un elemento que puede conseguirlo, aunque estaría bien que en todo momento controlaría tú la penetración y el ritmo para asegurarte de conseguir un squirt.
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